El sonido del silbo
- Y no intentes escabullirte, que no te va a servir de nada... Ni movimientos bruscos, ni golpes violentos. Lo que debes hacer en cuanto te clave sus colmillos es dejarla sin respiración. Sólo así podrás zafarte de ella y disponer de un escaso tiempo para luchar por tu vida ¿Lo has entendido?
- Sí, papá...
- Ahora duerme, que yo estaré alerta
El capitán Matthews tapó a su pequeño hijo y salió de la tienda. Junto al fuego, a la orilla del Zambeze, oyó los primeros silbos de las mambas.
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