domingo, 8 de enero de 2012

Microrrelato para 12/01/2012


Alivio
“¡Al diablo!” le gritó con todas sus fuerzas, mientras sus pequeñas manos se abalanzaban rabiosamente una y otra vez contra un pectoral cuarentón que no oponía resistencia.

Sin voz y hecha un mar de lágrimas, recogió sus cosas en una maleta de circunstancias y pegó un portazo de los que hacen historia. Desde la cama él rió y se sintió profundamente aliviado.

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