"Tú y yo podremos pasear juntos
bajo ese cielo estrellado, bañarnos desnudos a la luz de luna y
amarnos furtivamente en la playa... como cuando éramos novios ¿Lo
recuerdas?”
Vestido con la mejor de sus sonrisas,
la miró y besó apasionadamente. Por dentro no dejaba de maldecir a
Stanilavski y a aquella funesta palabra griega. Con todo, mantuvo el
tipo frente a su única y amada espectadora.
Cuando ésta convirtió en eterna su
sonrisa, pulsó el botón. El telón había caído.