Pasión y entomología
No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento mientras la acariciaba, como experto seductor, con premeditación y alevosía. Economizando recursos, sólo había empleado una copa y dos lugares comunes para embaucarla y llegar a aquel largo pasillo enmoquetado. Besándola con falsa pasión, consiguió que abriese la puerta.
No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento mientras la acariciaba, como experto seductor, con premeditación y alevosía. Economizando recursos, sólo había empleado una copa y dos lugares comunes para embaucarla y llegar a aquel largo pasillo enmoquetado. Besándola con falsa pasión, consiguió que abriese la puerta.
Hábil jugador de los engaños, venció
sin dificultad la teatral resistencia de aquella atractiva mujer que
decía ser entomonosequé. Cegado por su aparente éxito, no llegó a
ver cómo ella se reía oscuramente mientras se desnudaba. Menos aún
a oír cuál era su insecto favorito mientras le abrazaba
mortalmente.
Hola,
ResponderEliminarde momento este es el que más me ha gustado de los que llevas escritos esta temporada.
Pobre hombre! Pensaba que había triunfado y resulta que el engañado es él, jejeje....
Seguiremos leyendos tus micros.
Ptns.