Hace unos días leí en El País un artículo -en su cuaderno de los domingos, para ser más exactos- sobre este anciano francés, miembro de la Resistencia durante la II Guerra Mundial. Tras cerrar el diario, me picó la curiosidad...
Su bajo precio (3 euros en el país vecino) ha hecho que sea un auténtico bombazo editorial, por el que el autor no cobrará derechos. Debido a su tirón más allá de nuestras fronteras, en España se acaba de publicar una traducción con prólogo de José Luis Sampedro (el famoso escritor y economista).
He sido impaciente y no me he podido esperar a hojear la versión española. Por eso me he lanzado a la francesa con mi escaso conocimiento del idioma, y al acabar la lectura me ha sorprendido lo que he llegado a comprender.
Mi conclusión sobre la obra: lo bueno, si breve, dos veces bueno. Aporta motivos fundados para la reflexión sobre el sistema que nos ha tocado vivir, tanto a la gente de a pie como a los políticos. Además, nos sacude de la apatía a la que nos ha llevado la actual sociedad de consumo para recordarnos que, siempre de manera pacífica, no debemos dejar perder los logros sociales de los que nos han precedido en el s.XX. Hay que evitar la indiferencia, que conduce al consentimiento implícito.
Animo a quien quiera a que se lea el librito y saque sus propias conclusiones. Se lee rápido y le dará mucho que pensar.
Por cierto, ¡mañana mismo bajo a la librería a hacerme con la versión española!
Hola pobrecito hablador,
ResponderEliminarBueno, bueno, bueno, me gusta que me hagas esta pregunta, je, je, je. Me resulta realmente curioso que hayas hecho como mínimo un par de artículos sobre lo pasiva e indiferente que está la sociedad ante la que está cayendo.
A lo mejor es que te estás transformando en Mister Jekyll??? Pero no creo, te tengo delante todo el día y creo que no es el caso.
Me resulta divertido porque viéndote escribir pareces una persona muy reivindicativa, transgresora y activa la cual está viviendo un momento de reflexión debida a esta crisis mundial. Pero no nos engañes, yo que te conozco desde hace unos años y puedo garantizar que eres la persona más comedida, pacífica y conservadora que he conocido. No te veo yendo con una pancarta en una manifestación por pacífica que sea, luchando por tus ideales :)
Estoy completamente de acuerdo contigo en que estamos vencidos por el miedo y que lo único que pensamos es en mantener el culo pegado a una silla y que estamos viendo desvanecer todo lo que nuestros padres habían conseguido con el sudor de la frente sin mover ni un dedo de nuestra mano.
En mi experiencia laboral, cuando yo era más joven de lo que soy ahora, había sido bastante revolucionaría. Siempre en "petit comité" defendiendo hechos y situaciones laborales deplorables de esa época y te puedo asegurar que lo único que conseguí es que me conociesen por revolucionaria y que estuviese en el punto de mirar de todos.
Los compañeros me animaban para que me enfrentase los superiores pero siempre actué sola nunca me apoyaron, así que después de unas cuantas leches me limité a callarme y a reivindicar mis propios intereses, llámame egoísta.
Ahora con el paso del tiempo sigue siendo un poco polvorilla y si tengo que discutir por algo en lo que no estoy de acuerdo me enfrento a quién sea, pero siempre si el ataque es hacia mi persona. Para lo demás creo que no tengo la suficiente fuerza, ni soy lo suficientemente abnegada, ni tengo la capacidad de sacrificio que se necesita para cosas de esta envergadura. Eso lo dejo para personas como este tal Stéphane Hessel que escriben muy bien y llegan a mucha más gente.
¡Felicidades por el escrito! y nada ya sabes Indignez tu!!! Se dice así, je, je, je.
P.D. Espero que no me lo censures
Hola Polvorilla,
ResponderEliminarNo hace mucho leí un poema (o estrofa) escrito durante la II Guerra Mundial. En cada verso, el poeta comenta que los nazis vienen a por un colectivo (los gitanos, los comunistas, etc.) pero que él lo ve y no protesta. En el último comenta que vienen a por él, pero que ya no queda nadie que proteste por él porque, gracias a su indiferencia, se han cargado a todo el mundo.
Hay que salvar distancias entre el poema y la situación que muestra el libro de Hessel, pero el fondo es muy parecido. Claro que es humano sentirse cómodo y no preocuparse, ser egoísta, pero un día te tocará a ti y quizás sea tarde indignarse. Con todo, entiendo perfectamente tu desengaño después de dar la cara por los demás...
En segundo lugar, creo que confundes indignado con el sentido peyorativo de "reivindicativo", el de gritar proclamas en una manifestación, correr delante de los maderos, etc. Expresar mi indignación no tiene que ser detrás de una pancarta, porque hoy en día tú y yo sabemos que muchos de los organizadores no siempre se mueven por el interés general...
Casi acabando, no me tengo por conservador pero sí por pacífico y comedido. ¿Y?¿No tengo derecho a indignarme ante la que nos está cayendo? ¿Estoy engañando a alguien?¿O he de disfrazarme de "reivindicativo" para coincida con tu tópico?
Ahora sí que concluyo: se puede intentar conseguir una meta de muchas maneras. En este caso, no hace falta ser el primero ni gritar más que los demás. Quizás no haya que cegarse tanto por el impulso y el tópico, y empezar usando la cabeza. Puede ser bueno...
Un beso,
Pobrecito Hablador
PD. No censuro. Me indigno pero dialogo :)
Touche!!!! Es cierto, tienes razón, que estés indignado no tiene nada que ver con que seas reivindicativo (que no macarra) y que cada uno lo hace de una manera diferente, unos lanzan la piedra y esconden la mano...
ResponderEliminarUn petonarro