sábado, 16 de abril de 2011

Microrrelato para 17/4/2011

Memento mori
Todos apretujados en aquel enorme congelador, desconocidos, desnudos, abandonados a su suerte. Decidido a no dejarse atrapar por el gélido abrazo de la muerte, vio claro que necesitaba establecer alianzas. Desde su rincón intuyó la presencia de varias familias, mujeres, adolescentes huérfanos y niños ausentes.

Décadas después, recordó con dulzura a Januzska, aquella frágil polaca con la que compartió espacio. Su cálido abrazo y sus prolongados besos le permitieron sobrevivir e iniciar una corta vida en común. Al resto, el frío los hizo libres.

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