
Poco puedo añadir a lo que ya dije en su momento, ya que mi opinión apenas ha variado. He tenido la suerte de conocer algo más de de su figura pública y política por sus Memorias de un beduino en el Congreso de los Diputados, en el que describe con honestidad su experiencia como diputado por la CHA en dos legislaturas (2000-2008). Un libro corto, pero gracias a su estilo llano y a su mirada crítica pero respetuosa depara grandes momentos.
Debo reconocer que me ha apenado su pérdida. Su faceta comunicativa nos ha aportado una visión de otra realidad de nuestro país, sencilla y auténtica, fuera de los grandes polos turísticos. En el ámbito político, comparta o no su ideología, hay muchos (entre los que me incluyo) que consideran que hacen falta muchas personas como él: nobles, sencillas, y con ánimo de defender los intereses justos de sus conciudadanos. Como buen aragonés, el tenía mucho de todo esto.
¡Hasta siempre!
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