Sin problemas de transmisión
Con nuestro mecánico de confianza tuvo
que ir mamá a la capital para cobrar el décimo, mientras papá se
quedaba en casa con una pierna en alto. Aquella mañana Pepe había
dejado su habitual mono azul y se había vestido de domingo.
Desde la ventana del salón pude ver su
pícara sonrisa mientras le abría la puerta a mamá, radiante con su
vestido floreado y un precioso recogido.
Regresó justo antes de la cena con el
premio, el pelo suelto y una sonrisa nerviosa. Meses después supimos que, a pesar del mecánico, aquel día falló la marcha atrás.
qué marcha más peligrosa!!!
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